miércoles, 21 de diciembre de 2016

El aprendizaje  en los adultos

Las personas adultas construimos nuevos conocimientos o reconstruimos los que tenemos, a partir de la interacción con información, con otras personas y muchas veces con la ayuda de un formador, docente o facilitador, en determinado contexto social.

Al aprender, las personas nos formamos ideas propias del contenido que vamos a aprender y les asignamos un significado personal a partir de nuestras propias experiencias o conocimientos previos.

Cuando verdaderamente aprendemos las personas adultas nos apropiamos de nueva información, es decir la hacemos nuestra, la integramos a nuestra estructura de conocimientos, y somos capaces de aplicar lo aprendido en diferentes situaciones de nuestra vida y cambia no sólo nuestros conocimientos, también nuestra forma de ser o de actuar o de hacer algunas cosas.

El papel del educador o en nuestro caso del formador es el de ayudar y orientar en el proceso de aprendizaje. Pero reflexionemos ¿Qué requerimos para cumplir con ese papel? 👀

2 comentarios:

  1. Apoyar y orientar el proceso de aprendizaje de los educandos no es una tarea fácil, se requiere disponer de una serie de elementos para ello destacaremos algunos de ellos:

    1. Establecer una comunicación cercana y cordial con los educadores para conocer lo que piensan y la manera en que enfrentan su práctica educativa de manera cotidiana. Lo anterior implica desde observar su quehacer educativo, tal cual cómo se realiza, para reconocer sus aciertos y áreas de oportunidad, hasta leer su bitácora para reconocer cómo recupera, cómo describe y cómo sistematiza todos aquellos elementos relevantes de su práctica, y por otro, abrir espacios para motivarlo y ver que lo realice.

    2. Conocer las características de las tareas educativas que realizan los educadores durante su labor en las asesorías para la atención de los diferentes grupos que demanda la población conforme a las vertientes del MEVyT.

    3. Apoyar a los educadores, e incluir prácticas en donde se modele determinadas actividades o acciones para que los asesores asimilen y reproduzcan en sus círculos de estudio

    Saludos

    Francisco Vega Leal

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  2. La educación de adultos está llamada a desempeñar una función integradora dentro del marco de la Educación Permanente, ya que el ser humano se haya en un proceso continuo de educación y formación que se extiende a lo largo de toda la vida.
    Este concepto corresponde a una "experiencia única e intransferible y en la cual la persona se apropia de conocimientos, construye saberes, adquiere nuevas competencias, mejora sus desempeños sociales, enriquece sus relaciones con los demás y con su entorno y consigo misma". Por lo tanto, la Educación permanente es también una práctica. Esta práctica reiterada sistemática e intencionalmente por los sujetos constituye por ende un proceso que se orienta en cuatro grandes direcciones:
    Aprender a aprender
    Aprender a hacer
    Aprender a ser
    Aprender a convivir

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